Los dos ordeñadores de la mula comentan su experiencia o su vivencia como un enigma más de la barranca de la mula.
En una ocasión había dos ganaderos que tenían una ordeña en donde termina la barranca de la mula, aquí acuden en tiempos de lluvia, cuando estaban ordeñando las primeras vacas, se dan cuenta que venía un señor bajando esta barranca y sin más llega con ellos y saluda, ellos contestan el saludo y lo invitan a tomar leche caliente, es decir, recién ordeñada y espumada, él contesta no muchas gracias.
Uno de los ordeñadores lo empieza a cuestionar, ¿de dónde es usted amigo? soy de Ocotlán, es muy temprano para que usted ande por acá, le dice el vaquero, es que vine a buscar un mineral aquí a la mula, en fin, después de un rato de platica el señor se despide.
Pasando algunos días se repite la misma situación es decir ven bajar al señor de la barranca de la mula, se saludan lo vuelven a invita a tomar leche y este nuevamente se niega a tomarla como la primera vez y lo vuelven a interrogar y él les contesta, ando buscando un mineral que hay por aquí dicho esto les dice vayan a Ocotlán ahí vivo en la calle fulana número tal me llamo Juan, pero vallan a mi casa para que platiquemos sobre este mineral, en verdad los invito.
Un buen día estos ordeñadores deciden ir a Ocotlán y llegan al domicilio señalado por Don Juan, tocan y sale un señor como de 80 años, saludan y si preámbulos le dicen ¿está don Juan? y el señor se les queda viendo como exaltado, él era mi papá, pero yo era muy chico cuando el murió contesta, en otras palabras, don Juan tenía como 90 años de muerto, oiga, pero si ha ido a la barranca de la mula dos veces que disque a buscar un mineral, es mas no hace ni el mes que fue.
Miren nos platicaba mi madre que él decía que andaba con un señor que le decían Toscano, era el jefe del grupo y que estaban resguardados en ese lugar de la mula, los nombres de estos ordeñadores eran Ramón y Luis.